Busca aqui :D

lunes, 15 de marzo de 2010

El capricho de los dioses - Capítulo 12


Capítulo 12: Te juro que te romperé el brazo

-Os quiero… -dijo la chica suspirando -  a las dos…y no creo que lo que siento por Tateishi sea únicamente provocado por Ame No Murakumo… hay algo mas…

-Lo entiendo… -dijo Himeko agachando la cabeza – ella se desvive por ti… y yo no hice nada para tenerte a mi lado… es lógico que te enamoraras de ella.

-¿No estas enfadada conmigo? –pregunto Ayu mirándola suspicaz-¿Ni un poquito?

-Gracia no me hace… -dijo Himeko con un suspiro-pero has sido sincera, me dijiste como eran las cosas por tu parte y yo no quise pensar que Chikane llegaría a amar a alguien más… me confié…no la trate como merecía y ahora me toca pagar.

-Himeko… -dijo Chikane de pronto- yo no creo que…

-Solo me quede parada… -interrumpió Himeko- no intenté nada, pensé que vendrías a mi lado… no te valoré Chikane-Chan… Me voy a dormir… necesitó pensar las cosas…

Y levantándose dio la conversación por finalizada dejando a las otras dos chicas solas en la sala del piano.

-Tal vez debería marcharme de aquí Chikane… -dijo Tateishi caminando hacia la ventana y apretando los puños- vosotras estabais predestinadas… y yo estoy aquí… en medio… causándote dolor… justo lo que llevo intentando evitar todo este tiempo…

-Pero Ayu, tú… -comenzó Chikane.

-No quiero ser la causa de tu dolor… yo… si solo pudiera deshacerme de estos sentimientos… si tan solo Makoto me quisiera lo suficiente para dudar si irse y no… la seguiría al fin del mundo… -dijo la chica.

-¿A qué te refieres? –pregunto la morena enarcando las cejas y caminando hacía ella- con lo de dudar me refiero…

-No dudo ni un segundo… simplemente me dijo que se marchaba a los Estados Unidos y cuando vio mi cara, se le ocurrió que podría ir con ella… pero… si hubiese sido al revés… yo no podría haberla dejado tan a la ligera… -dijo la chica- jamás se me ocurriría pedirle que se quedase… pero si tan solo hubiera visto un mínimo de duda… una pequeña muestra de dolor por irse después de haberme encontrado… las cosas serían diferentes.

-Ayu… -dijo la chica abrazándola por la espalda –no estés triste… aunque no te amase, no querría perderte… disculpa mi egoísmo… pero tu presencia me hace mucho bien. Me recordaste lo que era la risa y el ser amada, estaré en deuda contigo lo que me resta de eternidad.

La aludida se llevó las manos a la cara y salió corriendo de la habitación.

-No la dejes hacer eso… -dijo Himeko entrando de pronto en la habitación- convéncela para que se quede. Lamento haber escuchado…

-Como quieres que la convenza Himeko… -dijo la chica cruzándose de brazos- no puedo.

-Haz lo que sea necesario… -dijo la rubia acercándose – pero sin pasarte…

-No sé a dónde quieres llegar – respondió Chikane un poco molesta porque la sacerdotisa del sol no se mostrase más clara.

-Te daré una pista…

Y poniendo sus manos a ambos lados de la cabeza de la morena la besó…

El interior de Chikane se removió con una sensación de alegría y placer cuando le devolvió el beso y la estrechó entre sus brazos.

-Por qué… - dijo Chikane rompiendo el beso.

-Por que es lo justo – respondió Himeko suspirando y acurrucándose en sus brazos – reconozco que para mí egoístamente en lo que a recuperarte se refiere me vendría estupendamente que ella desapareciera del mapa, pero… ¿Qué pasa si ahora se marcha y te das cuenta de que realmente la amas a ella? Estarías como yo con Souma y sufrirías…

-Pero… -comenzó Himemiya.

-No hay peros que valga… -dijo Himeko- yo no confié en ti… y luego aún encima me quede a verlas venir… no hice nada por recuperarte… es hora de que asuma las consecuencias de mis actos… si te pierdo ante ella, por lo menos sabré que he perdido dignamente y no hubo trampas por el medio… significará que algo tiene que yo no… además me queda el consuelo de que no seguiré amándote por lo que no sufriré… Pero cuando me escojas quiero que lo hagas porque estás segura de ello y no porque Ayu-Chan se ha marchado…

-Gracias… -dijo Chikane acariciándole la cara- esto significa mucho para mi.

-Ahora márchate… -le dijo la chica dándole la espalda – y no quiero saber nada de lo que hagáis… pero recuerda… si te hace algo indecoroso lo notaré…

-¿Sí me hace? –dijo Chikane enarcando una ceja - ¿Estás insinuando que yo le…? Eso es juego sucio…

-Yo lo hice… -dijo la chica apenada – no tengo nada que reprochar y me parece que dos años deseándolo es demasiado tiempo, pero recuerda… no dejes que te toque…

-Descuida –respondió Chikane con una sonrisa – la única persona que me ha tocado de manera indecorosa has sido tú…

OoOoO

-Himemiya… sé que esta es tu casa… pero lárgate de esta habitación –dijo Ayu cuando sintió la puerta abrirse.

-Como bien has dicho es mi casa… -respondió la chica – y no me da la gana.

-Muy bien… -respondió la chica dirigiéndose a la puerta – pues me iré yo…

Chikane la agarró del brazo y la aprisionó entre la pared y ella mientras le decía.

-Primero me vas a escuchar y luego te vas si quieres.

-Dispara… -dijo la chica mirando hacia la derecha.

Chikane no dejó escapar esa oportunidad y le besó el lóbulo de la oreja.

-Tú no te quieres ir… quieres quedarte aquí… conmigo…

Ayu suspiró e intentó zafarse de la chica, pero esta con el brazo derecho le inmovilizó los suyos sobre la cabeza.

-Himemiya no me hagas esto… quiero dormir esta noche…

Chikane la rodeó con su brazo libre y caminó con ella hacia la cama mientras la besaba.

-Está bien… si me dejas libre me quedo… -respondió la chica a punto de perder el control – lo haré.

-Mentirosa… -respondió Chikane sonriendo y acostándola en la cama.

Sin que Ayu se diese cuenta, se quitó el cinturón de la bata que traía puesta y lo dejó al lado de las manos de la castaña.

-Por favor Chikane… -dijo la chica mirándola –déjame ir… no volverás a saber de mí… en serio.

-Ese es el problema… que yo quiero que te quedes… llámame egoísta… pero necesito tu presencia.

Volvió a besar a la chica la cual ya había perdido el norte y no se enteraba de lo que ocurría a su alrededor, de manera que la morena aprovechó ese momento para rodear sus manos con la cinta simulando caricias. Cuando rompieron el beso y Tateishi se dio cuenta de lo que ocurría ya era tarde… se encontraba atada a los barrotes de la cama.

-Himemiya… ¿Qué significa eso? –preguntó la chica sintiendo el corazón latir furioso en el pecho.

-Yo no puedo entregarme a nadie Ayu, pero si puedo terminar esos eternos preliminares que te he concedido a lo largo de estos años… -dijo la chica con una sonrisa pícara.

Ayu tragó saliva y miró a los ojos a Himemiya diciendo.

-Suéltame.

-No hasta que te haya devuelto todo lo que me das dado – respondió Chikane descendiendo hacia sus labios- esta noche eres mía Tateishi…

La castaña no pudo soportar la mirada de Chikane y se dejó llevar por sus instintos maldiciendo a Himemiya, la había atado para que no la provocase, para asegurarse de que no le hacía perder el control… para asegurarse de no entregarse a ella.

Decir que Himemiya besó el cuello de Tateishi sería quedarnos cortas… lo devoró con pasión, como si fuera el mayor de los manjares… llevaba dos años controlándose en el trato a esa mujer y esa noche podía olvidar todas las razones que la impulsaban a ello.

Trazó un recorrido de caricias desde la cadera de la chica hasta su pecho derecho el cual apretó provocando un estremecimiento y un gemido de la chica, seguidos por un sollozo.

-Himemiya por favor… para.

La chica la miró sorprendida diciendo:

-Pero yo creí que tú querías…

-Y lo quiero –respondió al tiempo que Chikane le limpiaba una lágrima furtiva que se le escapaba –pero no así. Si esta noche me das lo que quiero, mañana querré más, y pasado… y todos los días de mi vida. Por favor… suéltame antes de que nos odiemos a nosotras mismas por esto.

La morena vaciló, alargo su brazo y aflojo el nudo que aprisionaba a la castaña, quien se levantó y le dio una sonora bofetada.

-Nunca vuelvas a hacerme esto Chikane… -dijo Tateishi cambiando su rostro a una máscara de furia – No soy ninguna de tus fans, no puedes pretender convencerme de algo utilizando estos métodos…

La sacerdotisa de la luna se llevó la mano derecha a la cara y bajó la cabeza con vergüenza.

-Yo pensé que era lo que querías y entonces yo…

-¿Y que pasa con Kurusugawa? –dijo la chica- ¿Qué tienes pensado? ¿Ir saltando de una habitación a otra para tenernos a las dos contentas?

-A ella le parece bien –respondió Chikane mirando a un lado – me dijo que recurriese a lo que fuese necesario para retenerte aquí… que no quiere que me quede con ella porque no hay más opción…

-De Himeko aún pase… -dijo la chica entornando los ojos visiblemente ofendida – es tremendamente inocente, seguro que pensó que era lo correcto… pero de ti… pensaba que me conocías mas…

La chica se levantó y fue hacía la puerta en donde se giró, le dirigió una mirada glacial que le heló el corazón y dijo:

-Si me vuelves a tocar de esta manera sin haberte decidido por mí te juro que te romperé el brazo.

Y sin más salió de la habitación echa una furia mientras Chikane comenzaba a llorar.

OoOoO

Cuando daban las cinco de la mañana Chikane se levantó a la cocina a beber un vaso de agua y se encontró con una desagradable sorpresa, las llaves de la moto de Tateishi no estaban, pero encima de la mesa había una carta dirigida a ella con la pulcra letra de la joven.

Querida Chikane:

Como no puedo expresar con palabras mis sentimientos, he decidido dejarte una canción (como sé que nunca has dominado mi lengua madre totalmente te adjunto una traducción en japonés). Espero que seas muy feliz… me marcho porque no te hace falta decidir… tu acto de hoy me ha demostrado que lo que sientes por mí no va mas allá del deseo… y eso me rompe el alma.

Siempre tuya:

Ayu Tateishi

P.D: Tal vez algún día volvamos a vernos Segunda por la cola”

Chikane cogió el Compact Disc que había encima de la mesa y se dirigió a la sala del piano donde lo puso y le dio al play, escuchó la canción española al tiempo que la leía en japonés:

Amor mío
Si estoy debajo del vaivén de tus piernas
Si estoy hundido en un vaivén de caderas
Esto es el cielo, es mi cielo

Amor fugado
Me tomas, me dejas, me exprimes y me tiras a un lado
Te vas a otros cielos y regresas como los colibrís
Me tienes como un perro a tus pies

Otra vez mi boca insensata
Vuelve a caer en tu piel
Vuelve a mi tu boca y provoca
Vuelvo a caer de tus pechos en tu par de pies

Labios compartidos, labios divididos mi amor
Yo no puedo compartir tus labios
Que comparto el engaño
Y comparto mis días y el dolor
Ya no puedo compartir tus labios
Oh, amor, oh amor compartido

Amor mutante
Amigos con derecho y sin derecho de tenerte siempre
Y siempre tengo que esperar paciente
El pedazo que me toca de ti

Relámpagos de alcohol
Las voces solas lloran en el sol
Mi boca en llamas torturadas
Te desnudas angelada, luego te vas

Otra vez mi boca insensata
Vuelve a caer en tu piel de miel
Vuelve a mi tu boca duele
Vuelvo a caer de tus pechos en tu par de pies

Labios compartidos, labios divididos mi amor
Yo no puedo compartir tus labios
Que comparto el engaño
Y comparto mis días y el dolor
Ya no puedo compartir tus labios

Que me parta un rayo
Que me entierre el olvido, mi amor
Pero no puedo más compartir tus labios
Compartir tus besos, labios compartidos

Te amo con toda mi fe sin medida
Te amo aunque estés compartida
Tus labios tienen el control

Te amo con toda mi fe sin medida
Te amo aunque estés compartida
Tus labios tienen el control
Y sigues tú con el control

Cuando la canción terminó Chikane arrugó el papel y miró al techo cerrando los ojos. Había llegado la hora de decidir… ¿Salir a por Tateishi antes de que fuera tarde o subir a donde esta Himeko? Decisiones, decisiones… Sabía que quería a Himeko y que Ayu estaba equivocada, lo suyo no era solo pasión, había algo mucho mas fuerte detrás que se negaba a dejar salir, pero ese encuentro en la noche, ese rechazo, Tateishi colorada a causa de sus caricias, el gemido escapado de lo mas hondo del ser de la chica… la tenia totalmente descolocada.

CONTINUARA

No hay comentarios:

Publicar un comentario