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lunes, 15 de marzo de 2010

El capricho de los dioses - Capítulo 5


Capítulo 5: Que bien se está aquí

Cuando Himeko vio a su amigo irse con esa cara, sintió como se le apretaba el estómago, sintió pena por dañar a aquel que la había protegido hasta el hecho de dar su vida, a ella le gustaba referirse a Souma como su gran amigo y protector y verlo con esa cara, no la hizo para nada feliz. Apoyó la espalda en un árbol cercano y cerró los ojos, aspirando profundamente el aire puro. Ella era buena por naturaleza y no le deseaba mal a nadie y lo peor de todo, no podía evitar sentir una sensación de culpabilidad dentro de ella, pues la felicidad al lado de Chikane-Chan era indescriptible…

Con paso lento se acercó a la casa y subió a la habitación, Chikane la esperaba tumbada en la cama y con los brazos abiertos, ella simplemente se dejo caer y la morena la abrazo diciendo:

-Tranquila, has hecho lo correcto, ahora estás conmigo, en casa.

Himeko no pudo evitar acurrucarse entre esos brazos que olían tan bien y sonreír, ese era su lugar predestinado, no había ninguna duda al respecto, se sentía tan cómoda y feliz.

-Si hubieras visto su cara… -decía Himeko- en la vida anterior, estaba triste, pero no recordaba todas las cosas que hizo para protegerme, en esta el sentimiento de culpa es tan profundo…

Chikane no puedo evitar sentir una ligera sensación de preocupación, no es que dudase del amor de Himeko, ni de ella tampoco, era que Souma ya demostró en una ocasión estar dispuesto a todo con tal de conseguir su amor y no quería tener que volver a competir con él. Era un chico noble y con un gran corazón y a Himemiya tampoco la agradaba saber que la razón de su infelicidad se debía a que ella era la dueña del corazón que él tanto anhelaba.

-Himeko… el amor es duro – le dijo Chikane besándole el pelo – míranos a nosotras, sufrimos como nadie en esta vida por amor e incluso llegue a hacer las peores bajezas posibles por ti.

Himeko notó como Chikane apretaba los puños y se abrazó más fuerte a ella.

-Eso ya pasó Chikane-Chan – le respondió segura de sí misma- ahora todo es diferente, estamos juntas y me haces muy feliz. Nunca te lo había dicho, pero sigo sin poder creerme que de todo el mundo yo haya sido la elegida.

-Himeko… -comenzó Chikane.

-No – dijo la chica incorporándose y poniéndole un dedo sobre los labios- ahora me toca hablar a mí. Chikane-Chan, eres fuerte, bella, hermosa, inteligente, atlética, educada… podría pasarme todo el día diciendo tus virtudes pero ese no es el caso, cuando la gente pasa por tu lado te mira con admiración y deseo, recibes proposiciones casi todos los días y tú nunca miras a nadie, solo a mí… Podrías tener aquí contigo a cualquier persona que deseases y me tienes a mí, a una chica que… realmente no es nada.

-No vuelvas a decir eso jamás – respondió Chikane agarrando a Himeko por las muñecas y tirándola en la cama para colocarse sobre ella visiblemente enfadada. – nunca te atrevas a repetir semejante infamia de nuevo.

Himeko la miraba sorprendida, ¿Se había enfadado por ese comentario?

-No es que tú no seas nada Himeko, para mi eres lo primero, lo eres todo – respondió Chikane con una sorprendente ternura contando su ira anterior y acariciándole la mejilla izquierda – cuando todos me daban admiración y deseo como bien dijiste antes, tú me dabas lo que realmente necesitaba, cariño y confianza. Todos los días deseaba verte, deseaba salir de ese mundo de falsedad en el que me veo inmersa cada día, no había interés bajo tus actos, yo pensaba que era simplemente amistad y por eso… por tratarme así me enamore perdidamente de ti.

Himeko la miraba a los ojos sin poder decir nada, Chikane le había dicho que la quería, pero nunca de esa manera, nunca le había explicado tan detalladamente las razones.

-Antes de saber que estábamos predestinadas – siguió Chikane- yo ya soñaba contigo y me sentía mal conmigo misma, pues no te merecías unos pensamientos que yo consideraba pecaminosos. Si no fuera por ti… yo no sería feliz Himeko, seguiría siendo una muñeca con un corazón de hielo. No conocería el amor, el cariño, el entregar tu cuerpo sin pudor ni miedo a la persona amada… no conocería nada de nada… solo la soledad y el desasosiego que me acompañaban siempre que no estabas a mi lado. Mi vida, lo eres todo, tú me haces brillar.

Miró a la rubia directamente a los ojos y esta se perdió en la profundidad azul de Chikane, sus ojos eran preciosos, hipnóticos.

-Cuando dijiste que me querías me sentí feliz – dijo Chikane – cuando me recordaste y me abrazaste fui feliz, ahora soy feliz. Pero cuando te marchas, como ahora con Souma, siento que todo mi corazón te echa en falta, quiero abrazarte, acunarte, protegerte, amarte… lo que nos reste de existencias. Quiero atarme a ti y necesito saber que tú también quieres lo mismo.

-Chikane-Chan yo… -comenzó Himeko – no sé qué decirte… pero bueno… no me malinterpretes, claro que quiero lo mismo, pero no sé como explicártelo… tú has usado unas palabras tan bonitas y tan sinceras que… yo solo… yo…

-Bésame – pidió Chikane a modo de suplica y con una cara de tortura– bésame, por favor…

Himeko  levantó el rostro y accedió a la petición de su amor, la besó con dulzura y amor, intentando demostrar en ese beso todo lo que no podía demostrar con palabras, todo el amor que sentía.

-No se necesitan palabras para demostrar algo Himeko – respondió Chikane con una sonrisa  - acabas de decirme con ese beso todo lo que el vocabulario humano no puede expresar.

Y echándose hacia un lado se acurrucó en el pecho de Himeko cerrando los ojos, quien la abrazó y acunó.

-Se está tan bien aquí… -dijo la morena- pero tenemos que levantarnos para ir a comer…

Himeko sonrió y besó a Chikane, adoraba a esa chica, no sabía que tenía que la volvía loca.

OoOoO

Chikane insistió en invitar a Himeko a comer fuera y fueron a un restaurante, cuando estaban allí todo fueron favores y gracias, querían tener a la señorita Himemiya y a su acompañante quien quiera que fuera, contentas.

-Himeko… - decía Chikane deseando agarrarle la mano pero conteniéndose – tengo que hacer una proposición.

-¿Aquí? –Dijo Himeko poniéndose roja y mirando para los lados – Pero Chikane-Chan, sabes que si nos ven habrá consecuencias… No es que no quiera, que ya sabes que sí, pero…

-No no, Himeko – respondió la chica con una sonrisa – no es esa clase de proposición. Verás, la revista en la que trabajabas tú cuando nos reencontramos necesita una reestructuración y quería que tú hicieras algo.

-No te sigo… -dijo Himeko sonriendo - ¿Qué puedo hacer yo por ti?

-Te voy a regalar mis acciones de esa empresa –respondió Himemiya sin miramientos – tú serás la máxima accionista. Te pasaste años trabajando allí y viste de primera mano a las personas que van a comenzar su vida laboral en ella. La verdad esa empresa no me llama demasiado la atención y tenía pensado venderlas, pero que mejor que regalártelas a ti.

-Espera… - dijo Himeko - ¿me estas regalando una empresa?

-No, te estoy convirtiendo en la máxima accionista de esa empresa – respondió la chica- es decir, aunque no seas reconocida formalmente como la jefa, lo serás, tus palabras irán a misa y tus decisiones no serán cuestionadas.

-Pero… - comenzó Himeko - yo no puedo…

-Himeko, algún día nosotras dos controlaremos todo el imperio Himemiya – dijo Chikane mirándola- considera esto una práctica, yo te ayudaré.

-Chikane-Chan – dijo Himeko seriamente – sabes que no estoy contigo para que hagas este tipo de cosas, no es necesario que hagas nada, si una vez pude ganarme la vida honradamente y sin ayuda, podre hacerlo otra vez.

-Por eso las hago – respondió Chikane – porque tú no las pides. De todas formas… todo lo mío es tuyo.

Himeko asintió y una lágrima furtiva de felicidad se escapó por la comisura de su ojo derecho. Era la persona más afortunada del mundo.

 OoOoO

Salieron del restaurante después de disfrutar de una agradable comida.

-Bueno Himeko – dijo Chikane mirándola -¿Qué deseas hacer ahora?

-Ir a casa – respondió la chica- eso es lo que más me apetece.

-¿Y eso? – Pregunto la chica con una sonrisa - ¿No prefieres ir al parque de atracciones o a pasear o cualquier cosa así?

-Chikane-Chan – dijo Himeko con una sonrisa – el parque de atracciones lo montaremos nosotros en casa, no te preocupes.

Himemiya Chikane sonrió y asintió con la cabeza, comenzaron a caminar hacia su cara, pero al final, prácticamente iban corriendo, deseando llegar cuanto antes a la protección de esas paredes.

OoOoO

Ambas chicas se encontraban desnudas, boca arriba con las respiraciones aceleradas y bastante congestionadas sobre la alfombra de la entrada.

-Vaya… -decía Chikane intentando respirar de nuevo – eso ha sido…

-Increíble… - dijo Himeko poniendo los ojos en blanco y rodando hasta abrazar a Chikane – tal vez deberíamos ir a bañarnos, me siento pegajosa…

Chikane rió como una niña pequeña, despreocupada y feliz.

-Creo que le tomaré cariño a esta alfombra… -dijo feliz mientras se levantaba.

Himeko la vio caminar hacia la sala de baño y se quedo embobada, era perfecta, maravillosa y realmente muy buena amante, no es que tuviera a nadie para comparar, pero si todos fueran la mitad de buenos de lo que era la morena, estaba segurísima de que en el mundo habría más sonrisas.

OoOoO

Cuando sonó el despertador a la mañana siguiente, las chicas lo maldijeron profundamente.

-No vale… -decía Himeko estirándose – yo ya termine el colegio y la universidad, lo recuerdo todo ¿Por qué tengo volver a hacerlo otra vez?

-¿No te parece un pequeño precio a pagar para estar conmigo? – Preguntó Chikane con fingido gesto de dolor – me has hecho daño…

-Aún nos queda medía hora de margen… -dijo Himeko con una sonrisa – tal vez debería compensarte…

Sin esperar respuesta de Chikane, rápidamente se posicionó entre sus piernas y bajo la cabeza, acariciando con la punta de la lengua la sensibilidad de la morena. Esta, derivado de la sorpresa soltó un gemido más parecido a un grito que otra cosa y arqueó la espalda diciendo:

-Eres magnífica…

Himeko agradada por el alago, succionó la zona con vehemencia y con su mano acarició el muslo interior izquierdo de Chikane, quien realmente deseaba que llegase mas arriba, por lo que muerta de impaciencia y placer, se la agarró y la puso sobre su feminidad, indicándole que quería que profundizara en lo que estaba haciendo.

Himeko no tardo en hacerle caso e introdujo dos dedos al tiempo que murmuraba:

-Sabes tan bien…

La sacerdotisa del sol se esmeró especialmente esa mañana, seguía emocionada por las palabras que la chica le había dicho el día anterior y quería agradecérselo, puso tanto cuidado en sus movimientos que Chikane, gritó, gimió y se revolvió sacando todas las sabanas del sitio. Cuando terminó le dio un beso en los labios y se quedo contemplando “su obra”. Chikane esta hiperventilando con los ojos cerrados y con una mano posada sobre el corazón, daba la impresión de que intentaba mantenerlo dentro del pecho. Nadie nunca había visto a Himemiya Chikane en ese estado más que ella y no pensaba permitir que nadie más la viera.

OoOoO

-Sigo sin entender porque esa vive con Miya-Sama

-¿Quién se cree que es?

-Seguro que se está aprovechando de ella…

Ya todo el mundo sabía que Himeko vivía con Himemiya Chikane y pronto los rumores, acusaciones y celos comenzaron a circular por todo el colegio.

-Creo que van a lincharme… -decía Himeko caminando al lado de Chikane con gesto disgustado – y eso que no saben ni la mitad, como se lleguen a enterar de todo me prenden fuego.

-Nadie te va a hacer nada… -le respondió Chikane con una sonrisa – yo no lo permitiré.

Nadie fue capaz de llegar a escuchar lo que las dos chicas decían, pero cuando Chikane le sonrió a Himeko tan dulcemente todo el mundo se quedó sorprendido. ¿La reina del hielo sonriendo tan tranquila? Nunca se había visto algo así.

Los comentarios siguieron a Himeko a lo largo del día, algo que molestaba en sobremanera a la chica, quien se preguntaba como podía Chikane aguantar  eso todos los días, se sentía como si fuera un león enjaulado, todos lo miran, todos murmuran, pero nadie se acerca. Nadie excepto Makoto por supuesto, ella siempre tan leal. Pasaron juntas el día a excepción de la hora del almuerzo por supuesto, en la que Himeko se encontraba puntualmente frente al jardín de las rosas.

Cuando entró en el recinto y vio allí a Chikane se le aceleró el corazón, llevaba tantas horas sin poder tocarla… Así que no se contuvo, corrió hacia ella, se lanzo en sus brazos y la besó con pasión.

-Veo que tú también me has echado de menos –dijo Chikane abrazándola – llevo esperando esto todo el día.

Himeko cerró los ojos, como le gustaban los brazos de Himemiya… subió la cabeza y la besó de nuevo, haciendo que esta se recostara en la hierba.

-Tal vez deberíamos comer, mi amor – dijo Chikane con una sonrisa-luego tendremos tiempo para esto y no quiero que más tarde pases hambre.

Himeko no comió, devoró su obento a una velocidad de vértigo, mientras Chikane lo comió con la tranquilidad de siempre, razón por la cual Himeko se desesperaba y decía a cada poco:

-Quiero un beso… uno pequeñito aunque sea.

A lo que Chikane contestaba:

-No… haberme esperado…

La chica rubia se posicionó detrás de la morena y comenzó a besarle los hombros por encima del uniforme, dificultándole a Chikane la labor de comer:

-¿Estas intentando que no coma o algo? –preguntó Chikane divertida.

-Estoy intentando que comas rápido y me des besos – decía Himeko con el ceño fruncido y un gesto de total seriedad– pero parece que no funciona…

Chikane la agarró del cuello de la camisa y la acercó a ella dejando el recipiente vacio del obento a un lado.

-A veces las prisas no son buenas, vida mía.

Y la llevo de nuevo hacia el césped en un torbellino de besos.

OoOoO

-Maldita sea el colegio… -se quejaba Chikane acurrucada en el pecho de Himeko- solo puedo besarte y en estos minutos que nos conceden… es una tortura.

Himeko no dijo nada, solo acunó a Chikane en sus brazos, tantas veces había estado ella en los brazos de Himemiya y jamás se imaginó que la sensación de abrazarlas, de protegerla… pudiese ser tan sumamente placentera. Dejo su mente volar y se acordó de algo.

-Chikane-Chan… ¿Qué canción vas a tocar hoy al piano?

-No te lo puedo decir Himeko – dijo la chica con una sonrisa de misterio – te la quiero dedicar así que es un secreto…

La rubia hizo un puchero, que Chikane consideró adorable…

[Jamás crecerá] pensaba la morena con dulzura y para calmarla volvió a besarla. Pero el tiempo no perdona y la alarma que anunciaba que debían volver a la vida en el colegio sonó rompiendo la magia.

-Consigue un buen asiento Himeko – le dijo Chikane antes de salir primero del jardín de las rosas y darle un leve beso – esta actuación es para ti.

La chica enrojeció y espero unos minutos antes de salir de allí. Esa era su actuación, su Chikane-Chan, su sueño…

Lo que no sabían ambas chicas era que unos ojos curiosos las observaron salir del jardín de las rosas de manera conspiradora…

OoOoO

Himeko finalmente consiguió un asiento buenísimo, bueno… realmente lo consiguió Mako-Chan, pero ¿Qué más daba? Estaba en primera fila.

Chikane salió al escenario, sacudió su melena cuan larga era y se sentó en la banqueta del piano, tocó unas cuantas notas al azar, hizo dos escalas, cerró los ojos y se concentró.

Cuando la melodía comenzó a sonar todos quedaron encantados, era una canción preciosa, lo único que no se esperaban era que Himemiya Chikane, cantase la letra, aunque con algunos ajustes, pues una canción de hombre, cantada por una mujer no quedaría nada bien cantándola tal cual es.

Look into my eyes, you will see. 
Mírame a los ojos, veras.
What you mean to me.
Lo que significas para mi.                          
Search your heart, search your soul.
Busca en tu corazón, busca en tu alma.
And when you find me there you'll search no more.
Y cuando me encuentres allí no buscarás más

Don't tell me it's not worth trying for.
No me digas que no vale la pena intentarlo.
You can't tell me it's not worth dying for.
No puedes decirme que no vale la pena morir por eso.
You know it's true.
Sabes que es verdad.
Everything I do, I do it for you.
Todo lo que hago, lo hago por tí.

Look into your heart, you will find
Mira en tu corazón, encontraras que
There's nothing there to hide.
Allí no hay nada que esconder.
Take me as I am, take my life.
Tómame como soy, toma mi vida.
I would give it all, I would sacrifice
Lo daría todo, me sacrificaría.

Don't tell me it's not worth fighting for.
No me digas que no vale la pena luchar por eso
I can't help it, there's nothing I want more.
No puedo evitarlo no hay nada que quiera mas
You know it's true.
Sabes que es verdad.
Everything I do, I do it for you.
Todo lo que hago, lo hago por tí

There's no love like your love.
No hay amor como tu amor.
And no other could give more love.
Y nadie podrá dar más amor.
There's nowhere, unless you're there.
No hay ningún lugar, a menos que tú estés allí
All the time, all the way.
Todo el tiempo, todo el camino.

Oh, you can't tell me it's not worth trying for.
Oh, no puedes decirme que no vale la pena intentarlo.
I can't help it, there's nothing I want more.
No puedo evitarlo, no hay nada que quiera más.
I would fight for you, I'd lie for you,
Lucharía por ti, mentiria por ti
Walk the wire for you, I'd die for you.
Caminaria por la cuerda floja por ti, moriría por ti.

You know it's true.
Sabes que es verdad.
Everything I do, I do it for you.
Todo lo que hago, lo hago por ti.

Himeko se quedó impresionada mirando a Chikane, esa canción… reflejaba todo lo vivido y demostrado por la morena, era perfecta y tan, tan bella… notó que una lágrima furtiva se le escapaba por la comisura de los ojos, pero tenía que controlarse, estaban en el colegio, no podía dejarse llevar por la emoción. Así que simplemente se levanto y aplaudió junto a todo el mundo. Chikane la miró directamente con sus penetrantes ojos azules, Himeko sintió un temblor de pronto, le daba la impresión de que la chica podía mirar todo su interior en ese momento. Nadie reparó en ese hecho, excepto la persona que las vio salir del jardín de las rosas quien comenzaba a plantearse seriamente si entre las dos chicas habría algo más que la simple amistad que aparentaban tener…

CONTINUARA

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