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lunes, 15 de marzo de 2010

El capricho de los dioses - Capítulo 16

Capítulo 16: Tateishi


-¡Ay Dios! – dijo Tateishi entrando en la mansión entre risas y mirando el reluciente anillo de su dedo – que estoy casada… yo que siempre critiqué el matrimonio.

-Suelo causar ese efecto – dijo Himemiya con falsa chulería – hago que las personas cambien de parecer a voluntad.

De pronto ambas callaron y se miraron a los ojos, Tateishi realizó una súplica muda la cual correspondió la morena con una muda respuesta, enlazó sus dedos con los de la castaña y comenzaron a subir las escaleras lentamente sin siquiera mirarse.

Cuando llegaron a la amplia habitación de Chikane, Tateishi cerró la puerta con el pie agarró a Chikane desde atrás por las caderas y la apresó contra la pared poniéndole los brazos en cruz.

-Siempre he tenido una especie de obsesión con tu cuello Himemiya – le dijo mientras lo recorría con la lengua- y con todo tu cuerpo en general para ser sincera…

Chikane trago saliva al sentir los pechos de Ayu apoyados en su espalda, eso no podía estar pasando… ¿un solo movimiento de la castaña y ya deseaba con toda su alma arrancarle la ropa? Tenía que controlarse…

Ayu por su parte deslizó sus manos por los brazos de la morena lentamente sin dejar de besar su cuello, recorrió su espalda y llegó a los glúteos apretándolos con fuerza.

Un gemido escapó de los labios de Himemiya al tiempo que cerraba los ojos.

-Siempre quise escuchar ese sonido Himemiya… -dijo la chica seductoramente en el oído de su mujer para después deslizar su lengua por el lóbulo- esta noche serás mía, toda mía y cuando digo toda…. –dijo girando a Chikane y apretándola aún más contra la pared dejando sus labios a escasos centímetros de los suyos- quiero decir ¡toda! – y así comenzó un profundo beso con la sacerdotisa lunar.

Chikane le pasó las manos por la cintura y la acercó más a ella en un intento frustrado de fundirse con el cuerpo de la chica, no pensaba dejarle llevar la voz cantante en ese asunto, cargó contra ella poniéndole una mano en el cuello y la otra en el pecho, masajeándolo con fuerza y destreza, provocando que Ayu echase la cabeza hacia atrás y gimiese al aire.

-Quiero escucharte gemir toda la noche Tateishi – dijo Himemiya quitándole la cazadora vaquera a la chica- me vas a suplicar que te deje descansar.

-Ya veremos quién suplica a quien – correspondió la chica mordiéndole el hombro y sacándole la camiseta- la noche es larga…

Chikane la miró directamente a los ojos y deslizó su mano hasta el interior de la falda de la chica, acariciando su ropa interior por el camino, Tateishi puso los ojos en blanco y luchó por no perder la compostura, Chikane tenía que ser suya, no ella de Chikane…

La morena introdujo la mano dentro de la ropa interior de la castaña y comenzó a realizar movimientos circulares haciendo que Ayu sufriese por mantener el equilibrio, cuando intensificó los movimientos, la castaña tomó aire y apretó los ojos matando un gemido en el fondo de la garganta que no fue liberado. Chikane ante esto entorno el ojo izquierdo volvió a besarla y la sentó en la cama diciendo:

-Veremos si de esta eres capaz de contenerte…

Bajó rápidamente la cabeza al tiempo que le subía la falda y comenzó a deslizar la lengua por su ropa interior, Tateishi echó la cabeza hacia atrás y se mordió el labio inferior mientras sentía como subía la temperatura.

La chica se quitó la camiseta y la arrojó lejos, tenía calor, mucho, mucho calor… Chikane viendo la situación optó por bajar la ropa interior de la chica, quien no puso ningún tipo de impedimento ante esta acción, pero nada más sentir la liberación de la prenda se tiró hacía Chikane llevándolas a las dos al suelo y desabrochando su pantalón como si se hubiese estado preparando años para eso.

-Me encantas –dijo la morena con una sonrisa- has contenido esto durante todo este tiempo, realmente eres única Ayu…

La chica sonrió de manera suficiente y se lanzó hacía sus labios atrapándolos en un violento y pasional beso. Cualquiera que viese la situación pensaría que ambas chicas se estaban matando, pues ambas querían llevar la voz cantante, ambas morían por ver a su amante gritando de placer y ambas intentaban mandar.

Chikane tiró de la falda de Tateishi quitándola del lugar que le correspondía, dejando a la chica con un conjunto de lencería negra de encaje muy sexy que la dejo sin palabras.

-Mírame bien Chikane, porque lo que ves… ahora es tuyo…

Cuando Himemiya fue a deshacerse de esa ropa interior, Ayu se echó a un lado y la miró de arriba abajo indicándole que se quitara la ropa, a lo que la morena respondió con una celeridad asombrosa para volver a centrarse sobre los labios de la castaña. Parecía que las dos chicas habían llegado a un consenso con el cual daban una tregua a la lucha que iniciaran y se dejaban explorar por la otra sin oponer resistencia.

Cuando ambos cuerpos estuvieron desnudos Tateishi comenzó a besar el tobillo de Chikane y fue subiendo poco a poco hasta que se detuvo delante de la tierra prometida, inspiró profundamente y mirándola directamente a los ojos dijo:

-¿Estás segura? Sabes lo que ocurrirá si dejas que haga esto…

-Solo sé que moriré si no lo haces, por favor… -respondió Himemiya segura de que eso era lo que realmente deseaba.

Sin dejar de mirarla a los ojos, Tateishi agachó su cabeza y se sumergió en los pliegues de Chikane dejando a la chica sin respiración durante unos segundos. Sin siquiera pensarlo las caderas de la morena reaccionaron solas y acompañaron a su amante en su lenta y tortuosa danza. Ayu era increíblemente buena en la labor que estaba haciendo y Chikane maldijo interiormente mil veces por haberse negado tanto tiempo a recibir ese trato.

La joven Himemiya sujeto a su mujer de los hombros y la subió a su altura para besarla con pasión probándose a sí misma en el proceso.

-Quiero verte disfrutar Ayu… -dijo Chikane con un gesto lascivo – quiero que disfrutes tanto como yo…

-Eso tiene fácil solución… -respondió la castaña uniendo sus centros y comenzando la fricción.

Ante el gemido inicial de Chikane, Tateishi reaccionó lanzándose a por su boca y mordiendo el labio inferior tras lo que se separó provocando que Himemiya pusiese el brazo derecho a modo de apoyo y con el izquierdo agarrase a Ayu hundiendo las manos en su pelo y la besase de manera profunda y salvaje, dificultándole aún más a ambas la labor de respirar.

Para ser la primera vez que llevaban a cabo esa danza, ambas se compenetraban de una manera perfecta, Chikane no podía para de acariciar el cuerpo de Ayu y esta reaccionaba a cada caricia aumentando o disminuyendo la presión y velocidad de sus movimientos. Realmente la castaña estaba haciendo todo lo posible para que ese momento se alargase lo más posible y Chikane lo estaba notando, ambos cuerpos estaban sudorosos y al borde de la extenuación, pero parecía que Ayu no se iba a detener por muy cansada que estuviese, siempre veía un rincón sin recorrer, una zona sin besar o un sonido nuevo producido por Himemiya que quería volver a escuchar. Finalmente la morena giró en la cama dejando a Tateishi debajo de ella y supliéndola en la parte más difícil del trabajo, la castaña se agarró a sus caderas y apretó el abrazo tanto como le fue posible consiguiendo que en su propio orgasmo las vibraciones producidas por su cuerpo alcanzasen a Himemiya lo que le facilito llegar al suyo.

-Oh Dios… -decía Chikane dejándose caer pesadamente a un lado de Tateishi y acercándola a sí misma con un brazo – eres… increíble…

-No te creas… -dijo Ayu recostándose en el hueco entre su pecho y su cuello – fue una combinación de ambas…

Chikane rió y se puso encima de ella besándole la punta de la nariz al tiempo que decía.

-Me siento algo pegajosa… ¿Te vienes a la ducha?

-Me parece bien compartir nuestra primera ducha de marida y mujer – dijo Tateishi levantándose y corriendo hacia el baño – por cierto… la ultima es la marida…

-¡Eh! ¡no es justo! – respondió Himemiya echando a correr detrás de ella - ¡porque siempre me toca hacer de hombre! –y haciendo un mohín de niña caprichosa al tiempo que la alcanzaba y abrazaba por detrás para besarle el cuello añadió - Desde luego siempre consigues que pierda mi compostura…

-Te acostumbraras a correr desnuda por la mansión mi amor… -respondió la chica con una sonrisa – a fin de cuentas… dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma condición…

-Te quiero Ayu… - dijo Chikane en su cuello – y juntas iniciaremos una nueva historia.

-Ahora que he alcanzado la luna… no sé cual será mi próximo sueño – respondió Tateishi sintiendo que su pecho se henchía de felicidad.

FIN

2 comentarios:

  1. me gusto la historia, solo que el final me parecio triste, me hubiese encantado que fuera HIMEKO y no la otra....

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  2. los dos finales son joyas... Pero aunque Ayu me resulto agradable, prefiero el primer final, un amor como el de las sacerdotisas no se olvida, y yo tengo 4 años tratando de volver a ver a mi himeko

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