Busca aqui :D

lunes, 15 de marzo de 2010

El capricho de los dioses - Capítulo 15

Capítulo 15: Ayu


Cogió las llaves del coche y se dirigió a la puerta de entrada de la mansión, cuando tocó el pomo una voz desde su espalda le hizo darse la vuelta.

-¿A dónde vas? –Preguntó Himeko desde lo alto de la escalera –ya es muy tarde…

-Voy a por ella Himeko… a buscarla… - respondió la chica con la cabeza alta – perdóname…

Himeko la miró como si no se lo pudiese creer y dio dos pasos hacia atrás llevándose las manos al pecho.

-La escoges a ella… tú… me estas dejando… -decía la chica sin convencerse del todo – pero tú y yo somos… tú y yo… Kannazuki no miko…

-Lo sé… -dijo la chica abriendo la puerta de la casa -  el único problema es que ya no somos Himeko… fuimos… yo te quiero, pero Tateishi ocupa un lugar más grande en mi corazón y tengo que ir a buscarla… lo siento…

Y sin decir más salió de la mansión.

Himeko miraba la puerta pensando que todo era una horrible pesadilla, intentó despertar con todas sus fuerzas pero en vano. Su Chikane-Chan acababa de dejarle claro que le entregaba su amor a otra…

Cuando la chica finalmente fue consciente de la realidad se derrumbó y comenzó a llorar mares de lágrimas, Ame No Murakumo había ganado y lo peor de todo es que la única perdedora era ella misma.

OoOoO

Chikane corrió por el jardín y llegó al garaje, donde saltó y se dejó resbalar por encima del capó de su flamante Porsche Carrera gris metalizado. Encendió el coche con un estruendo y salió de la mansión conduciendo a toda velocidad, mientras Himeko la observaba marcharse apoyada en la ventana.

Siguió la única carretera que abandonaba el pueblo, pero algo la hizo frenar en seco el coche, como una palpitación… lo sentía… en ese lugar pasaba algo. Miró fijamente a la carretera y lo vio huellas de neumáticos, una sola marca, un solo neumático, una moto… Agobiada y con un mal presentimiento salió del coche dejándolo al ralentí y siguió las marcas hasta salir de la carretera.

-No… -murmuró horrorizada – otra vez no…

La motocicleta de Tateishi estaba destrozada, mientras la chica se veía que se había arrastrado de mala manera hasta apoyarse contra el tronco de un árbol. Chikane sacó el móvil y repitió las mismas palabras que cuando Himeko fue atropellada.

-No Tateishi… -dijo acercándose a ella.

-Himemiya… -dijo la chica tosiendo- ¿Qué haces aquí?

-Evitar que hagas una tontería –respondió Chikane llorando de alegría porque la chica siguiese viva – venir a por ti y si me dejas amarte lo que me resta de existencia.

-Pero… ¿Y Himeko? – respondió la chica con dificultad.

-Ella lo era todo para mí… pero llegaste tú y… y…- la chica no sabía que decir- nunca sentí tanto dolor en mi vida como cuando pensé que no te volvería a ver Tateishi… quiero que te quedes conmigo… siempre…

Chikane se acercó a ella y le tocó un hombro, notando un tacto viscoso, la miró y se encontró con que la chica estaba sangrando.

-¿Cuanto llevas aquí? –dijo asustada por las consecuencias que pueda tener esa herida.

-Bastante… -respondió la chica con la voz cada vez más cansada – no me funciona el móvil, se rompió con la caída. Se me cruzó un animal y no pude controlar la moto…

Cuando Chikane se dio cuenta la chica había perdido la consciencia, desesperada intentó que reaccionara, pero no la tocó, eso podría resultar sumamente peligroso. Cuando los sanitarios llegaron se sintió aliviada, ¿es que cada vez que decidía ser feliz tenía que haber un accidente de tráfico por el medio?

OoOoO

-Bueno señorita Himemiya-decía el doctor a la chica – debo comunicarle que el estado de la señorita Tateishi es favorable, tuvo suerte de que la encontrara usted cuando tuvo el accidente, de haber llegado más tarde las consecuencias podrían haber sido horribles.

-¿Entonces no le va a pasar nada? –Preguntó Chikane aliviada -¿Va a estar bien? ¿Ni pérdidas de memoria ni nada así?

-Tiene magulladuras y cortes, nada de suma importancia – respondió el doctor con una sonrisa- estará algo dolorida una temporada pero totalmente fuera de peligro. Ahora necesita descansar y mucho apoyo, del resto estará perfecta.

-Muchas gracias – dijo la chica visiblemente agradecida- ¿podría…?

-Por supuesto –contesto el doctor a la pregunta no realizada – puede pasar a verla…

OoOoO

Cuando Tateishi abrió los ojos y vio a Chikane al lado de su cama en el hospital no pudo evitar que una sonrisa acudiese a su rostro.

-Que mal aspecto tienes segunda por la cola – dijo la chica aún dolorida- deberías descansar un poco.

-Eso es porque no te has visto en un espejo –dijo Chikane acariciándole el rostro- te espantarías.

-¿Cuánto llevo aquí? –preguntó la convaleciente con una mueca.

-Tres días… -respondió Himemiya calmada –tres largos e interminables días asquerosos.

-¿Sabes? No sé si lo que pasó era real o un sueño… -dijo la chica con mirada triste- pero tampoco quiero hacerme muchas ilusiones…

Chikane se acercó a ella y besó sus labios con ternura, provocando que el aparato que marca las pulsaciones de Tateishi aumentase considerablemente el ritmo y la morena se echase a reír.

-¿Qué te hace tanta gracia? –dijo la castaña avergonzada.

-Nada… -respondió Chikane con una sonrisa – es solo que tengo la impresión de haber vivido esto antes.

-Eso significa que tu cerebro va lento Himemiya- respondió la chica- eso explica el deja-vú y que me hayas escogido a mí.

-Mira que aún estoy a tiempo de salir por la puerta- dijo Himemiya levantándose.

Ayu la miró a los ojos y simplemente dijo:

-Dejemos esta conversación de besugos y vayamos a lo realmente importante Chikane, no quiero seguir eludiendo el tema. ¿Te quedaras conmigo siempre?

-Siempre y cuando tú me aceptes seré tuya Tateishi –respondió la chica sentándose de nuevo en la cama- Tú llenaste mi vida de luz cuando vivía en sombras, me hiciste reír de nuevo cuando mi alma era un mar de lágrimas y lo más importante… respetaste mi decisión de no terminar con el amor de Himeko y me paraste los pies a tiempo en más de una ocasión.

-Eso no es nada del otro mundo y lo sabes… -dijo la chica- jamás me hubiese aprovechado de tu estado, eso no va conmigo.

-A eso me refiero Ayu… -dijo la chica frunciendo el ceño- me demostraste amor en su estado más puro. No querías ganar a toda costa… solo querías hacerme feliz aunque fuese a costa de tu felicidad, me has cuidado, me has amado, me has acompañado y lo más importante de todo… me has respetado.

-Te amo Himemiya Chikane, con todo mi corazón –dijo la chica sin poder aguantarse- no podría estar contigo con malas artes o trampas y tengo que decir que estoy loca de alegría porque me hayas escogido a mí. Ahora por favor… bésame de nuevo… porque no creo que resista más tiempo a tu lado sin probar tus labios.

La morena se acercó de nuevo y cuando sus labios casi se rozaban la puerta se abrió de un golpe.

-¡Tú! –Dijo una mujer con un gran parecido a Tateishi, obviamente su madre, entrando la habitación hecha una furia- ¡Tú me has mentido! ¡Me dijiste que te habías curado!

-¡Madre! –Exclamó Tateishi separándose automáticamente de un brinco y poniendo un gesto de dolor- ¿Qué haces…?

-¿Qué voy a hacer? –Respondió la mujer de malos modos-me llaman, me dicen que tienes un accidente y cuando llego… ¿Qué me encuentro? A ti y tus hábitos enfermizos.

-Madre deje que le explique por favor… -comenzó la chica nerviosa.

-No hay nada que explicar…- respondió la mujer- en cuanto te recuperes, haces las maletas y te vienes de nuevo a España. Y en cuanto a ti… -añadió mirando a Chikane con asco- A tus padres debería caérseles la cara de vergüenza…

El rostro de Chikane cambió a una máscara de dolor e ira mientras decía:

-Mis padres están muertos señora, así que le agradecería que no los insultase así. Aparte de eso, ellos me amaban y sé que no se hubiesen puesto así, lo habrían entendido y me habrían apoyado.

-¿Entender el que? ¿Qué estáis enfermas?

-Madre, está enfadada conmigo, así que no la pague con ella. Además, no pienso irme de aquí, soy mayor de edad –respondió Ayu tajante.

-Discrepo… -dijo la mujer con una sádica sonrisa – ¿Cuántos años tienes Ayu?

-Diecinueve… -respondió la chica.

Y en ese momento lo entendió todo… era mayor de edad en España, pero no en Japón… en ese país se es mayor de edad a los veinte años. Interiormente maldijo las costumbres y leyes niponas.

-Bien, ahora tu amiguita se va a marchar y no vas a volver a verla jamás ¿Me has entendido? –Dijo la mujer- y como te revuelvas será peor… hasta tu cumpleaños eres mía Ayu… y no parare hasta que encuentres un buen chico.

Himemiya le levantó henchida en ira y miró directamente a Tateishi quién tenía sus ojos encharcados en lágrimas. No podía desobedecer a su madre mientras estuviese en ese país y Chikane no podía acompañarla a casa, tenía que atender sus negocios de una buena vez. La castaña simplemente negó y en ese momento una brecha se abrió ante los pies de Chikane.

-Madre… ¿podría dejarnos solas un momento por favor? –pidió la chica- me gustaría hablar con Chikane a solas… no se preocupe, podrá observar todo desde el cristal de fuera. Solo deseo aclarar las cosas, por favor…

La mujer la miró de malos modos y abandono la habitación del hospital refunfuñando por lo bajo.

-¿Te marchas? –dijo Chikane sintiendo como su corazón se partía -¿Te vas a largar y abandonarme aquí? ¿Todo por una madre que no te quiere? Por favor Ayu… llevas dos años viajando sin ton ni son… y jamás se ha preocupado por ti… ¿Y ahora esto?

-Espérame por favor… -dijo la chica abatida- hasta que cumpla los veinte años. No es por ella… es por él… mi padre no tiene la culpa…

-Ayu… eso es casi un año… -dijo la chica- ¿pretendes que deje a Himeko revolviéndose en su dolor durante un año entero?

-Ella te dejo a ti dos…-dijo la chica desesperada.

-No lo hizo a propósito –dijo Chikane- ¿No hay ningún modo de que no te vayas?

-En este país tienen derecho sobre mi Himemiya… -respondió la chica agachando la cabeza –solo si estuviera casada podría negarme a acompañarlos… pero no es el caso desgraciadamente. Tengo que irme…

Chikane se dio la vuelta y se dirigió a la puerta y tras abrirla dijo:

-Lamento que las cosas hayan terminado así Tateishi… te deseo una vida plena y feliz…

Cuando Chikane cerró la puerta tras ella sacó el móvil bajo la mirada de sorna de la madre de Tateishi y marcó el número de su empresa.

-Al habla Himemiya Chikane –dijo provocando un gesto de total sorpresa en la mujer tras reconocer el apellido – vuelvo a estar al mando…

OoOoO

Dos meses después Ayu Tateishi se encontraba en el balcón de su chalet en España, el día y la temperatura eran agradables, pero a ella eso le daba igual… todo le daba igual… comía lo justo, bebía también lo justo y no se relacionaba con nadie, en ningún momento salió de la habitación y desgraciadamente había recuperado el hábito de fumar, una mala costumbre que Chikane le había quitado. La chica en cuestión pasaba todo el tiempo que podía apoyada en su balcón rememorando los momentos con Chikane, disfrutando de un tiempo más feliz en el cual no era una princesa encerrada en una cárcel de oro.

Sus padres intentaron presentarle a muchísimos chicos, todos ellos apuestos y ricos, pero la chica rehusaba recibirles, ella ya había conocido a su princesa… ¡y que princesa! Y no estaba dispuesta a dejar marchar esos bellos sentimientos tan pronto, su corazón pertenecía a Himemiya Chikane.

Esa tarde le pareció especialmente tediosa, sus padres se habían marchado por asuntos de negocios y no tenía nadie a quien gritarle, ya que obviamente sus criados no tenían culpa de lo que había pasado y siempre se habían mostrado totalmente correctos y educados hacía su persona, estaba rememorando el último beso que le había dado su amor cuando sintió una música llegar de abajo. Extrañada por este hecho tan insólito miró en la dirección de la que provenía el sonido y se quedó totalmente impresionada, Chikane estaba en su casa, en su jardín, vestida con un traje de hombre bajo su balcón cantándole una especie de serenata en un aun algo torpe español.


Yo soy uno de esos amantes
tan elegantes como los de antes
que siempre llevan guantes
Entre semana voy deportivo
pero el domingo me pongo muy fino
con mi chaqué de lino
Y voy buscando por los balcones
bellas Julietas para mis canciones
y hacerles los honores

Y siempre estoy
rompiéndome la voz
cantando coplas
bajo tu ventana, amor
sal ya que este trovador
se esta asando de calor

Soy educado caballero
bello, cortes y amable compañero
un codiciado soltero
Y como no tengo complejos
me miro siempre en todos los espejos
antes de echar los tejos
Si alguna vez cometo errores
para que no llores pido mil persones
con un millón de flores

Y siempre estoy
rompiéndome la voz
cantando coplas
bajo tu ventana, amor
sal ya que este trovador
se esta asando de calor

Cuando Chikane terminó de cantar, Tateishi era incapaz de reaccionar, la miraba con los ojos como platos todavía creyéndose que ella estuviese ahí. La morena al ver que la castaña no reaccionaba, decidió escalar hasta el balcón de su Julieta y justo cuando se puso a su altura la chica pareció despertar de ese coma inducido y la besó como nunca jamás la había besado, amor, devoción, pasión y lujuria… mucha mucha mucha lujuria.

-He venido aquí para hacerte mi mujer –dijo la morena mostrándole un anillo – si estamos casadas tu madre no podrá mandar sobre ti, así que… Ayu Tateishi… -Chikane tomó aire y dijo claramente en castellano -¿Me haría usted el favor de ser mi esposa?

-Sí… Himemiya… -respondió la chica en el mismo idioma- antes, ahora y siempre te querré a mi lado.

Chikane saltó dentro del balcón y la levantó en el aire para después entrar en su habitación con ella.

-Pues haz las maletas Tateishi… que regresamos a casa.

FIN

1 comentario:

  1. Nosee... xD! este es un final alternativo no? Al principio pense ke me habia saltao un capitulo xD( xk de tener 39 y una hija en comun..)pero.. vuelve a recordar ke ya le habia pasado esto, es muy confusooo!

    ResponderEliminar