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lunes, 15 de marzo de 2010

El capricho de los dioses - Capítulo 6


Capítulo 6: No me merezco esto

-De verdad que esa canción me ha impresionado –decía Himeko en la bañera – has hecho todo lo que la canción decía por mí. Ha sido perfecta…

-¿A que te refieres? –preguntó Chikane sentada en el borde como habitualmente hacía.

-Luchaste por mí… mentiste por mí… - decía Himeko acercándose a ella – caminaste por la cuerda floja por mí y lo más importante… moriste por mí…

Chikane solo miró como la chica se acercaba a ella con ojos de enamorada, ¿Cómo no morir por ella? Lo haría de nuevo si fuera necesario…

Himeko llegó a la altura de Chikane y le puso las manos en las rodillas y con mucha delicadeza  abrió las piernas de la sacerdotisa de la luna e introdujo su cabeza entre ellas, probando la dulzura de la mujer, quien aún abrió más sus extremidades para permitirle un mejor acceso a su vida.

Himeko sonrió, no sabía como pagarle a Chikane la preciosa melodía interpretada, pero creía que ya tenía una idea. La chica profundizo aún más el beso en los labios inferiores de Chikane provocando que la chica echase todo el cuerpo hacia atrás y arquease la espalda. Daba igual cuando veces realizasen ese ritual y de cuantas maneras diferentes, la sensación seguía siendo maravillosa. Himeko recorría las piernas de Chikane con las manos al tiempo que seguía entreteniéndola con su boca, la morena comenzó a sentir como se le dormían las articulaciones, su flujo sanguíneo se concentraba cada vez más en esa zona, sentía tanto placer que era incapaz de dejar de gemir aumentando cada vez más los decibelios, provocando que su amante se enervara y aumentase el ritmo de las caricias dadas.

Himemiya Chikane no pudo aguantar más y el orgasmo le recorrió el cuerpo como un rayo, expandiéndose desde su bajo vientre, estiró sus brazos al tiempo que se incorporaba tensa y se desplomó en el suelo de la sala de baño.

-Creo que me has matado… -decía con el poco aliento que le quedaba – no puedo moverme…

Himeko la miró con lujuria, pero de pronto su expresión se tornó seria.

-Te amo – le dijo de pronto – eres lo mejor que me ha pasado y no quiero separarme jamás de ti, nuestros destinos están atados. Sé que no es mucho, pero te he entregado las tres cosas más preciadas que poseo y sé que las trataras bien.

Chikane se incorporó y se sentó con alguna dificultad, le acarició el rostro y le preguntó:

-¿A qué tres cosas te refieres?

Himeko le cogió la mano derecha y la llevo a la altura de su pecho, donde Chikane sintió los latidos de su amada.

-Mi corazón.

Luego la llevó por encima del pecho, situándola debajo del cuello y añadió:

-Mi alma.

Para después deslizarla hacia abajo, a la zona más profunda de su perfecta anatomía y añadir con un ligero rubor en la cara:

-Y mi cuerpo.

Una lágrima silenciosa se deslizó por la comisura del ojo derecho de Chikane y Himeko la besó secándola.

-Hasta tus lágrimas son dulces Chikane-Chan ¿Cómo no voy a querer atarme a ti el resto de nuestra existencia? – Dijo Himeko con una sonrisa – Lamento haber tardado tanto tiempo en poder explicarlo… Tú has despertado un aspecto de mí que estaba dormido y que estoy seguro que no podría reaccionaría ante ninguna otra persona… La mera idea de que alguien que no seas tú pueda tocarme… o alguien que no sea yo te toque a ti, me vuelve loca… Somos la una de la otra… antes, ahora y para siempre…

Chikane se acercó a Himeko y la besó, la sacerdotisa del sol era todo lo que necesitaba en esta vida para ser feliz… y se lo demostraría cada día que les restase de existencia.


OoOoO

Un nuevo día comenzaba y Himeko se despertó estirándose al lado de Chikane con pocas, o ningunas ganas de ir a clase, la chica retiró la sabana de su cuerpo desnudo y comenzó a incorporarse, pero Chikane la agarro por detrás y le pregunto para después besarle el lóbulo de la oreja:

-¿A dónde vas?

-A clase… -respondió la chica ya con las ganas de asistir a las aulas bajo tierra.

-Hoy no vamos a ir… - dijo Chikane tirando de ella de nuevo para la cama – hoy nos vamos a pasar toda la mañana en la cama, las dos. Mentiremos… diremos que estamos enfermas…

Himeko sonrió ante la perspectiva y su buen juicio quedó nublado ¿A quién le importaba una estúpida asistencia a clase cuando Himemiya Chikane te ofrecía pasar la mañana en la cama con ella? ¡A nadie! Pero si la morena conociese las consecuencias de esa acción no habría dicho nada… y no tendría que arrepentirse más tarde de la decisión tomada…

OoOoO

Makoto caminaba por el colegio rumbo a la pista de atletismo con paso ligero cuando una voz masculina llamó su atención. Ella se volvió hacía Oogami Souma, quien le pregunto:

-¿Has visto esta mañana a Kurusugawa o a Himemiya?

-La verdad es que no… -dijo ella ladeando la cabeza hacia la izquierda - me pareció escuchar que estaban enfermas o algo así, les sentó mal la cena o algo parecido, no llamé ni nada porque no quería molestarlas.

-Gracias – respondió Souma con una sonrisa – no te entretengo más.

La chica se despidió con la mano y Souma le respondió al gesto, estaba dispuesto a saber que pasaba con las dos chicas, algo no le encajaba y veía la actitud de ambas muy rara.

[¿Podría ser?...] pensaba mientras recordaba las palabras del rechazo de Himeko [imposible…]

Pero la incertidumbre y las ganas de saber eran demasiado grandes, por lo que el chico decidió averiguar de una vez por todas que demonios pasaba.

OoOoO

Himeko se encontraba acostada de espaldas con las manos debajo de la almohada y la sabana tapando solo hasta donde la espalda pierde su nombre, sus ojos estaban cerrados demostrando que disfrutaba las caricias de Chikane quien recorría su espalda de arriba abajo tocándola levemente con las yemas de los dedos.

-Esto es un sueño… -decía la morena con una sonrisa – poder tocarte así, ni siquiera necesito más. Llevamos toda la mañana con pequeñas caricias y no me molesta en absoluto no pasar a más… conocer tu cuerpo es maravilloso…

Himeko sonrió y se giró para besar a Chikane, en el momento que sus labios se tocaron, el gesto de Himeko cambió a una mueca de dolor, llevo su mano derecha al pecho y se derrumbó  sobre la mano haciendo esfuerzos para respirar.

-¡Himeko! – gritó Chikane aterrada – ¿¡Que te ocurre!?

-Se me parte el corazón… - dijo Himeko en un susurro –puedo notarlo… me duele Chikane-Chan… haz que pare…

Escucharon el ruido de algo tocando el suelo en la puerta y las dos miraron alteradas hacía allá, Oogami Souma las miraba con cara de estupor total y había dejado caer la bolsa por pura sorpresa.

-Sabía que pasaba algo raro… - murmuró el chico – así que es cierto… me rechazaste por una mujer ¡me rechazaste por Himemiya Chikane! ¡Estáis juntas!

Una luz los envolvió a los tres y sintieron como sus cuerpos abandonaban la estancia, cerraron los ojos por puro instinto y Chikane se abrazo a Himeko mientras las palabras de Ame No Murakumo resonaban en su cabeza.

-Las consecuencias serán terribles…

Ambas chicas sabían a donde iban, a pesar de que Himeko ya no sentía dolor en el pecho, estaba sudando en frio, el pánico la tenia encogida y toda su felicidad se esfumó.

-Sacerdotisas… -dijo una voz potente- solo teníais que impedir que os viesen… nada más… os ofrecí la felicidad en bandeja y simplemente la habéis rechazado.

-¡Te voy a matar! – gritó Chikane furiosa y corriendo hacia Souma - ¡No tienes ni idea de lo que acabas de hacer!

Pero cuando Himeko le pidió que parase, simplemente se derrumbó en el suelo ante la sorprendida mirada del chico y rompió a llorar diciendo:

-Porque… cuando creía que ella te amaba yo la empuje a ti, a pesar de que me dolía el corazón cada vez que se marchaba y que se me rompió cuando la besaste, lo hice… ¡PORQUE ME HAS HECHO ESTO!

En ese momento Souma recordó todo lo ocurrido en su vida anterior y la miró con renovada extrañeza, Chikane fue un Orochi, pero luego volvió a ser la que era… ¿Qué estaba pasando? Dejo su debate interior cuando escucho la voz de Himeko:

-¿Por qué me has hecho esto? – Preguntaba la chica a la diosa – Me duele, mucho…

-Y mas que te va a doler… - respondió Ame No Murakumo tranquilamente- Te dolerá más cada día que pase, hasta que el dolor sea insoportable…

-Himeko… -dijo Chikane besándole el pelo - ¿Qué te ocurre?

-Le he partido el corazón – respondió Ame No Murakumo – ahora ella os ama a los por igual. Y ese dolor solo se incrementara con el paso del tiempo, diré que es casi imposible que decida por ella misma, la posibilidad es mínima. Así que mientras no consigáis que elija a alguno de los dos, tendréis que verla sufrir a cada momento que pase… esas son las consecuencias. Aparte de eso… si algún día Himeko  le entrega su cuerpo por un acto de amor a Oogami Souma los sentimientos que tú le profesas sacerdotisa lunar, quedarán en el olvido, dejareis de sufrir las dos y podréis comenzar una nueva vida.

-¡NO! –gritó Chikane – no le hagas eso, házmelo a mí, déjame cargar con el sufrimiento, por favor…

La súplica fue acompañada de llanto.

-Por favor… no me obligues a verla sufrir… te daré lo que quieras, volveré a sacrificarme para salvar el mundo, toma mi vida si así lo quieres, pero eso no… no le causes todo el dolor a ella. La idea de quedarnos fue mía, yo tengo la culpa, no debí decirle que no fuésemos a la escuela, por favor… Ame No Murakumo, por favor… cumpliré cualquier cosa que me pidas… pero libérala, haz que solo lo ame a él, estoy dispuesta a tragarme mis sentimientos…

-Te advertí que no te gustarían las consecuencias, sacerdotisa lunar, fuiste avisada. Ahora no me molestéis más…

Con el mismo fogonazo de luz volvieron a la mansión Himemiya, donde Himeko ruborizada se tapó el cuerpo con una sábana. Chikane por su parte sin molestarse en cubrir su estado, pasó como una bala al lado de Souma proporcionándole un empujón, llegó al ala opuesta de la casa y entró en la primera habitación que encontró, donde comenzó a romper todo el mobiliario hasta hacerse sangre en las mano.

[Maldito Oogami Souma] pensaba la chica [Ojala desapareciese de la faz de la tierra]

Cuando se tranquilizó un poco, salió de la habitación y fue a ponerse algo de vestir, tras lo que se curó las heridas de las manos. Himeko estaba hablando con Souma en la sala del piano y este obviamente estaba aprovechando el ataque de locura de Chikane para comenzar su plan de conquista y derribo. Cuando la morena decidió aparecer, Himeko corrió a darle un abrazo, pero ella no fue capaz de corresponderle y simplemente dejo los brazos muertos a un lado, luchando por contener las lagrimas.

-¿Qué vamos a hacer con todo esto? – le pregunto la morena a Souma cuando Himeko asustada por la reacción de ella se separo.

-Muy sencillo Himemiya –respondió el chico con una sonrisa de suficiencia – que gane el mejor… ahora estamos en igualdad de condiciones.

Chikane apretó los puños y comenzó a temblar de la ira diciendo:

-¿Tú te piensas que esto es un juego? ¿No entiendes que Himeko va a sufrir?

-No me voy a rendir Himemiya – dijo el chico poniéndose de pie – estamos en igualdad de condiciones, estoy enamorado de Himeko y ahora ella también me quiere a mí… somos rivales y no pienso perder ante ti esta vez.

Chikane no dijo nada, simplemente sacudió la cabeza y salió de la mansión, necesitaba aire fresco…

OoOoO

-Llegas muy tarde Chikane-Chan… -dijo Himeko desde la penumbra en el sofá de la sala del piano – te he estado esperando. Deberíamos hablar.

La chica se sentó en el piano de espaldas a ella y suspiró al tiempo que decía:

-Himeko… lo siento… no debí decirte que nos quedásemos en casa, no debí…

-Chikane-Chan… desgraciadamente eso ya no se puede cambiar – dijo la chica interrumpiéndola – y la decisión la tomamos las dos, la culpa no la tenemos nosotras, Oogami-Kun entró en nuestra casa sin invitación e invadió nuestra intimidad. Lamento no poder odiarle y que Ame No Murakumo me haga esto…

-No te pondré las cosas difíciles – dijo la sacerdotisa lunar – no te besaré, te trataré como antes, serás mi mejor amiga, pero no quiero coaccionarte a nada. Te quiero Himeko y el hecho de saber que ahora mismo estas sufriendo me rompe el corazón.

Himeko se levantó y salió de la habitación silenciosamente, tenía muchas cosas en que pensar… le gustaría abrazarla y besarle, pero su corazón dolía y cuando pensaba en Souma se le encogía…

OoOoO

Cuando Himemiya Chikane se levantó a la mañana siguiente inconscientemente estiró el brazo para alcanzar el cuerpo que descansaba a su lado pero solo encontró ropa de cama. Himeko estaba en su cuarto, lejos de ella… Se levantó y fue a prepara el desayuno,  puso el de Himeko en una bandeja con una rosa roja y lo llevó a la habitación de la rubia.

Llamó antes de entrar, pero Himeko no respondió por lo que decidió entrar, la sacerdotisa del sol estaba durmiendo plácidamente. Cuando la vio, el estómago de Chikane se encogió… era tan bella… tan hermosa…  se acercó a la cama y con la mayor suavidad que fue capaz la despertó. Poco a poco la chica fue abriendo sus ojos y enfocando a su alrededor.

-Buenos días Himeko… - dijo la morena - ¿Cómo te encuentras esta mañana?

-Buenos días Chikane-Chan – respondió la chica con gesto triste – me encuentro como ayer…

-Te he traído el desayuno recién hecho con mis propias manos –respondió Chikane con una sonrisa – espero que eso te levante el ánimo aunque sea un poquito.

La chica esbozó una sonrisa triste y le agradeció con un gesto de cabeza provocando malestar en Chikane, le dolía verla así… no podía hacerlo…

Mientras la sacerdotisa del sol desayunaba Chikane se aseó y arregló para después esperarla e ir juntas a la escuela.

Charlaron de temas triviales por el camino, del tiempo, de las clases, el piano… nada trascendental y no mencionaron en ningún momento el incidente con Oogami Souma, se comportaron como dos amigas, nada más…

Cuando llegaron al colegio y Himeko vio a Souma una sonrisa le iluminó el rostro, provocando una punzada de celos en Chikane, quien lo observó acercarse con un ramo de flores.

-Buenos días mi sol – dijo al chico al tiempo que le entregaba las rosas - ¿te apetece ser mi pareja en la fiesta de cumpleaños del fin de semana?

-Espera… ¿estoy escuchando bien? – Dijo Chikane olvidando el lugar donde se encontraba y la compostura – ¿Estas invitando a la chica que los dos intentamos conquistar a MI fiesta de cumpleaños? ¿Tienes la desfachatez de invitar al amor de mi vida a un sitio donde YO te invite?

Rápidamente el comentario se extendió como reguero de pólvora ¿Esa chica mantenía un triangulo amoroso con Oogami Souma y Himemiya Chikane? Imposible… si no era nadie…

-¿Una chica cualquiera como esa tiene que decidir entre Oogami Souma y Miya-Sama? – dijo una chica con incredulidad – tiene que ser una broma…

En ese momento Himemiya se volvió hacia la chica y la fulminó con la mirada.

-Vuelve a decir que Himeko no es nadie y te juro que te arrepentirás… - y volviéndose hacia la rubia añadió - ¿Dónde siempre?

La chica solo asintió y observo como se marchaba Chikane atentamente. Acababa de confesar su amor por ella delante de toda la escuela y la había defendido, su corazón latía por ella y cuanto más latía, más le dolía. Por su parte emprendió el camino a clase ante la furiosa mirada de sus compañeros, los celos y la envidia se palpaban en el ambiente.

OoOoO

Diez minutos habían pasado desde el inicio de la hora del almuerzo y Chikane se encontraba sola en el jardín de las rosas por lo que se preocupó y salió a buscar a Himeko. Tan pronto la encontró deseó no haberla buscado, puesto que la chica se encontraba riendo y comiendo animadamente con Souma bajo la atenta y celosa mirada de sus compañeras. Solo una persona reparó en que Himemiya Chikane los vio y se marchó con lágrimas en los ojos, Makoto-San.

[Se ha olvidado de nuestra comida, se ha olvidado de mí y todo por Souma] pensaba Chikane abatida.

Makoto por su parte cogió a Himeko de un brazo y la llevó a una esquina del aula para explicarle lo que acababa de presenciar, en ese momento un interruptor en la cabeza de Himeko se activo y recordó la comida con Chikane, salió de la clase en su busca y vio su pelo torcer por un pasillo.

Chikane entró en la sala de música y cerró la puerta con llave, toqueteo un poco el piano y comenzó a tocar y cantar una canción.

I still hear your voice
Todavia escucho tu voz
When you sleep next to me
Cuando duermes junto a mi
I still feel your touch
Todavia siento tu toque
In my dreams
En mis sueños
Forgive me my weakness
Perdona mi debilidad
But I don't know why
Pero no se porque
Without you it's hard to survive
Sin ti es muy dificil sobrevivir

'Cause every time we touch
Cada vez que nos tocamos
I get this feeling,
Recibo este sentimiento
And every time we kiss
Y cada vez que nos besamos
I swear I can fly,
Juro que puedo volar
Can't you feel my heart beat fast
No puedes sentir mi corazón latir rapido
I want this to last
Quiero que esto dure
Need you by my side
Te necesito a mi lado
'Cause every time we touch
Cada vez que nos tocamos
I feel the static,
Siento la estática
And every time we kiss
Y cada vez que nos besamos
I reach for the sky,
Alcanzo el cielo
Can't you hear my heart beat slow
No puedes oir mi Corazon latiendo lento
I can't let you go
No puedo dejarte ir
Want you in my life
Te quiero en mi vida

Your arms are my castle
Tus brazos son mi castillo
Your heart is my sky
Tu Corazon es mi cielo
They wipe away tears that I've cried
Ellos limpian las lagrimas que llore
The good and the bad times
Los Buenos y los malos momentos
We've been through them all
Hemos pasado por ellos
You make me rise when I fall
Me haces lenvantar cuando caigo

'Cause every time we touch
Cada vez que no tocamos
I get this feeling
Recibo este sentimiento
And every time we kiss
Y cada vez que nos besamos
I swear I can fly,
Juro que puedo volar
Can't you feel my heart beat fast
No puedes sentir mi corazón latir rapido
I want this to last
Quiero que esto dure
Need you by my side
Te necesito a mi lado

'Cause every time we touch
Cada vez que nos tocamos
I feel the static,
Siento la estatica
And every time we kiss
Y cada vez que nos besamos
I reach for the sky,
Alcanzo el cielo
Can't you hear my heart beat slow
No puedes oir mi Corazon latir lento
I can't let you go
No puedo dejarte ir
Want you in my life
Te quiero en mi vida

'Cause every time we touch
Cada vez que nos tocamos
I get this feeling,
Recibo este sentimiento
And every time we kiss
Y cada vez que nos besamos
I swear I can fly,
Juro que puedo volar
Can't you feel my heart beat fast
No puedes sentir mi corazón latir rápido
I want this to last
Quiero que esto dure
Need you by my side
Te necesito a mi lado

En cuanto tocó el ultimo acorde de la melodía liberó toda su furia aporreando el piano una y otra vez, tenía las manos lastimadas pero le daba igual, quería hacerle al instrumento tanto daño como le acababan de hacer a ella, no era una reacción racional, pero en cuestiones de amor nadie lo es.

Himeko por su parte escuchó la canción y luego el estruendo armado por la chica e intento entrar.

-Chikane-Chan… -dijo la chica – déjame entrar.

-Te olvidaste… -respondió Chikane con una voz que demostraba que estaba llorando- te olvidaste de venir conmigo, te quedaste con él… y cuando por la mañana te despertaste y me viste seguías tristes, pero le viste a él y sonreíste. No quiero verte Himeko…

Himeko se sintió culpable por las palabras de la chica, tenía razón… todo era cierto y el corazón le pesó como si fuese de plomo…

-Yo no quería, yo… - intentó justificarse Himeko, pero no había palabras que pudiesen deshacer el daño ya hecho – no te molesto mas… si puedes perdonarme, sabes dónde encontrarme…

Cuando la chica se dio media vuelta Chikane abrió la puerta, Himeko la miró y vio el sufrimiento reflejado en su cara.

-Me voy a casa –dijo la morena- no me encuentro bien…

-Te acompaño –dijo inmediatamente la rubia, aunque se veía a leguas que no era lo que más le apetecía en ese momento.

-Tú quédate – respondió Chikane – ya nos veremos de noche.

OoOoO

Cuando llego a casa, se dirigió directamente a junto de su caballo y lo acarició. ¿Qué demonios le estaba pasando? Era Himemiya Chikane, tenía fuerza, belleza, talento… ¿se iba a dejar abatir por ese sentimiento? ¡Por supuesto que no! Monto su corcel y dio una vuelta alrededor de los terrenos, la sensación de libertad era increíble, el aire frio en la cara, le fue despejando el juicio poco a poco.

Cuando entró en la casa se dirigió a la cocina y comenzó a preparar la cena, lo de hoy fue un caso aislado, no se repetiría jamás, Himeko la quería, se lo había demostrado y si en una vez consiguió su amor total, no había razón para no conseguirlo una segunda. Cocinó mientras tarareaba una canción y puso en esos platos todo su corazón esperando que a su querida Himeko le gustasen. Espero pacientemente hasta que esta llego a casa y la llevo al salón donde le mostró lo que había hecho con una sonrisa, pero Himeko le devolvió un gesto triste:

-La verdad es que ya he cenado con Souma – dijo la chica con arrepentimientos- tal vez debería haberte llamado, lo siento… pero si quieres pruebo lo que has hecho, no me gustaría que…

-Está bien… -dijo Chikane dándose la vuelta con desilusión – yo tampoco te avise de que iba a prepararnos la cena, ¿te apetece hacer otra cosa?

-La verdad es que anoche no dormí muy bien – dijo la rubia – me voy a dar un baño y a la cama, si no te molesta…

-Adelante – respondió la chica sin mirarla –ya sabes que estás en tu casa, haz lo que quieras.

Chikane cenó en soledad, pensando que podía hacer para recuperar al amor de su vida, recogió todo y se dirigió a su cuarto, donde llamó dos veces esperando la invitación de Himeko a pasar:

-Solo quería recordarte que mañana vuelven todos a la mansión y preguntarte si tendrías tiempo mañana mí. – dijo la morena una vez que entro.

-Mañana tengo planes con Oogami-Kun – dijo Himeko sin mirarla – pero si quieres los cancelo.

-¿Me puedes decir de una vez que te pasa? –Pregunto Chikane molesta- mírame cuando te hablo por lo menos ¿no?

Himeko enfrentó su mirada y se ruborizó.

-Estoy arrepentida, eso es lo que me pasa –dijo la chica- no puedo quitarme de la cabeza la expresión de Oogami-Kun cuando nos vio en la cama. Haciendo eso…

-¿Eso? – Pregunto la chica dolida - ¿Ahora llamas así a amarnos? Tu misma me dijiste que me habías entregado tu corazón, tu alma y tu cuerpo ¿ahora te arrepientes? Yo te amo Himeko y no lo veo como “eso”, me diste los mejores momentos de mi vida, así que por favor no ensucies esos recuerdos tan maravillosos denominándolos así.

La chica salió de la habitación sin imaginarse que realmente esas palabras no era de Himeko, que Oogami Souma aprovechaba cada momento que tenia con la rubia no solo para intentar conquistarla, sino también para lanzar veneno sobre cada bello recuerdo que habían construido ambas y Himeko tan inocente como era, no se daba cuenta de las verdaderas intenciones del chico.

OoOoO

Cuando caminaba de camino al colegio, Chikane tomó una determinación, dejaría pasar la semana y la fiesta, vería como de desarrollan los acontecimientos y si no sacaba nada en claro realizaría un drástico movimiento. Solo habían pasado dos días y ya se apreciaban cambios en el estado de Himeko, se la veía más alicaída y se llevaba la mano al pecho con mayor frecuencia, la morena deseaba la muerte a cada momento que pasaba pues ella era la causa de un sufrimiento tan grande, se giró hacia la rubia y dijo:

-Cuando vuelvas de noche a casa búscame en mi despacho, tengo algo que explicarte.

Himeko no la miró de nuevo y asintió.

-A pesar de cómo se han desarrollado las cosas yo no me merezco esto Kurusugawa – susurro la sacerdotisa de la luna antes de acelerar el paso.

Himeko se quedó quieta, sorprendida por la reacción de Chikane, ¿ahora la llamaba por su apellido?

-Quiero irme de la mansión Himemiya – escupió la rubia – va a ser que Oogami-kun tiene razón.

-¿En qué tiene razón si se puede saber? – preguntó Chikane con asco hacia el chico y deteniéndose abruptamente.

-Que del amor al odio hay un paso… - respondió Himeko – y los celos matan.

A Chikane se le descompuso el rostro en una mueca de dolor, no podía creerse lo que estaba escuchando de Himeko, esas palabras tan frías… fueron como un latigazo hacia ella.

-No hace falta que te marches, cámbiate al otro ala de la mansión – dijo la chica - ¿Por qué te crees que es un edificio tan grande? Mis padres podían convivir ahí sin la necesidad de verse. Te lo dije en su día, es tu casa y lo que se regala no se quita. Hoy te iba a explicar más o menos como llevar tu empresa, pero mejor te dejo unas notas.

Himeko iba a decir algo pero se lo replanteo y simplemente contesto:

-Gracias…

-No las merezco… -dijo la morena- cuando me amabas me diste todo lo que me faltaba y yo te correspondí con lo mismo, no es justo que te lo quite.

-¿Cuándo te amaba? – dijo Himeko dando un paso atrás – yo aun te…

-¿Aun me amas? – dijo Chikane riendo – Bonita forma de demostrarlo… no me miras, no me hablas, quieres irte de la casa y me acusas de odiarte. Si lo que quieres saber es si estoy celosa, pues si, lo estoy y no creo que sea un pensamiento para nada horrible, es más bien lógico.

Y sin decir nada más la morena apresuro el paso, por una vez en la vida quería llegar cuanto antes a su vida de falsedad y halagos, tal vez no fuese real, pero al menos se sentía apreciada.

OoOoO

Cuando Chikane escuchó la risa de Himeko al otro lado del jardín de las rosas sintió como su corazón daba un vuelco ¿tal vez había decidido comer con ella? Pero la ilusión no le duró mucho, rápidamente escuchó la risa de Souma y se le descompuso la cara en una mueca de autentico asco.

-Oogami-Kun… -dijo de pronto con tono serio Himeko- no vuelvas a besarme, no está bien.

-¿Por qué no? – Dijo el chico con un tono travieso – Tu me quieres, yo te quiero… no hay problema…

-Chikane-Chan podría verte y malinterpretar todo – dijo Himeko- y lo último que deseo es hacerle aun más daño del que le estoy haciendo… y no creo que sea como tú me has dicho Oogami-Kun, ella es buena…

Chikane no pudo escuchar nada más, pues los dos se habían alejado. Oogami Souma la había besado… su huella había sido borrada sobre esos labios y a saber ¿qué demonios le habría dicho el chico a la rubia para que ella dijese que realmente era buena? La verdad la morena empezaba a comprender porque él había entrado a formar parte de los  Orochi.

OoOoO

-No me apetece nada dar la fiesta de cumpleaños… -le decía Chikane a Otoha-San - ¿no puedo simplemente cancelarla?

-No señorita – respondió Otoha – no quedaría bien visto.

-¿Y qué más da? – Respondió la chica con una sonrisa -  a ti tampoco te apetece organizarla, di la verdad.

Otoha-San simplemente se ruborizó y miró para otro lado.

-Va a ser un día de los más largo – dijeron de pronto las dos a la vez y elevando su vista al cielo.

Se miraron y comenzaron a reír, pero Otoha recuperó pronto la compostura.

-Me gusta verla así señorita, sonriente – confeso la chica- cuando volví le vi una melancolía que realmente me asustó y además ya no dirige palabra con la señorita Kurusugawa.

Chikane esbozó una mirada triste y decidió contarle la verdad, a su modo, a Otoha.

-Himeko y yo éramos pareja Otoha – dijo la chica a bocajarro- aunque creo que eso no te sorprende y que algo te imaginabas. Pero se acabó… no hay más… y ahora ella no esta muy cómoda en mi presencia…

-Pero… -Otoha-San no entendía como alguien podría no estar cómoda con la señorita Chikane- lo lamento desde lo más profundo de mi ser, no me gusta que usted sufra.

-No te preocupes… - dijo la chica mirando distraídamente por la ventana – me voy a mi árbol, ahora no creo que se te dé por seguirme ¿no?

La sirvienta sonrió y le hizo un gesto con las manos para que fuese allá.

Una vez que estuvo en su rama, todo se tornó más claro, lo haría todo esa noche, en la fiesta… toda esa horrible situación llegaría a su fin. Estaba harta de tanto juego tonto.

CONTINUARA












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